BARRIOS, HÉCTOR L. (1875 - 1947)
Periodista, ensayista, poeta bilingüe (español-guaraní) y docente.
Considerado por Luis María Martínez como uno de los poetas que - junto a Marcelino Pérez Martínez y Narciso R. Colmán (Rosicrán) - ayudó a «la jerarquización del guaraní para el lenguaje poético, alentando el amor al idioma de la raza» y «rescatándolo del desprecio a que había sido arrojado tras los tristes avatares de 1870» (en El Trino Soterrado, Tomo I, página 31), Héctor L. Barrios publicó dos libros poéticos: “Guijarros: prosa y verso” (1906) y “Lira del niño” (1912).-
También es autor de un “Diccionario Gramatical”, obra comentada por Delfín Chamorro en «Rompamos el silencio», texto incluido, entre otros trabajos, en Hacia la gramática (1932), libro del maestro guaireño publicado póstumamente.-
Fuente: "BREVE DICCIONARIO DE LA LITERATURA PARAGUAYA"/ 2da. Edición – AUTORA: TERESA MENDEZ-FAITH. Editorial EL LECTOR, Asunción-Paraguay 1998
HÉCTOR T . BARRIOS
Nació en 1875, en Bella Vista, provincia de Corrientes. Desde su infancia ha vivido en el Paraguay.
Su cultura la ganó bajo nuestro cielo y al amparo de su inmensidad brindó a nuestro país las notas de su armonioso espíritu y los frutos sazonados de su intelecto. Héctor L. Barrios era paraguayo por imperativo de su corazón y por decisión de su destino, que encadenó su vida, con garfios invisibles pero eternos, al ingenuo encanto del alma de la niñez de nuestra patria.
Profesor normal, poeta bilingüe – escribía en guaraní y en castellano – fue autor de libros de enseñanza primaria; dirigió y redactó numerosos diarios y revistas nacionales, durante más de cuarenta años, y sus versos son emotivos y de noble atavío. Ya en el ocaso de su vida, siguió dictando lecciones en la modesta escuelita que dirigía, y, de rato en rato, su prosa aparecía, fresca y clara, en las columnas de algún periódico humilde como La Voz del Mutilado, y sus versos canturreaban ululantes y melódicos, en la volandera hoja callejera.
Falleció en la Asunción, en 1947.
Es de Barrios:
EL VETERANO (Fragmento)
– ¿Quién es, padre, aquel anciano
que aquellas gradas desciende,
cuya pena se comprende
porque le falta una mano?
– Es un noble veterano
de una lid que el alma aterra
que sostuvo nuestra tierra
cuando la planta enemiga
de tres naciones en liga
nos arrastró hacia la guerra.
– ¡Cuánto debe haber sufrido!
– Hijito sí; fue un soldado
que su sangre ha derramado
por nuestro suelo querido.
El dos de mayo fue herido,
cual ves, en la mano diestra,
pero orgulloso la muestra
como el más puro laurel
que supo arrarcarlo él
por su patria, que es la muestra.
Fuente: HISTORIA DE LAS LETRAS PARAGUAYAS – TOMO II. Por CARLOS R. CENTURIÓN - ÉPOCA DE TRANSFORMACION. EDITORIAL AYACUCHO - BUENOS AIRES-ARGENTINA (1947). Fuente: BIBLIOTECA VIRTUAL DEL PARAGUAY (BVP)